viernes, 31 de julio de 2009

Politicas Públicas en el nuevo modelo del Socialismo del Siglo XXI

Por: Ing.Nury Rivas

El término políticas públicas, se asocia de inmediato con asuntos del gobierno y sistemas políticos o como actividades de las instituciones públicas, que van dirigidas a tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos, para considerarse como pública tiene que haber sido generada, o al menos procesada en el marco de los procedimientos, instituciones y organizaciones gubernamentales. Sin embargo, en la actualidad, la dinámica social demanda una política pública que opere para reconstruir la conexión Estado-Sociedad a través de la generación de espacios, vínculos, sentido de pertenencia y bienestar para la población. Para esto, es propicio un ambiente tendente a la implementación de determinados mecanismos de participación directa de los actores afectados que refuercen, por un lado, la función receptiva de la sociedad y, por el otro, la capacidad utilitaria del Estado. En este sentido, los procesos colectivos de toma de decisión, los cuales son complejos y en múltiples ocasiones conflictivos, por supuesto como el caso de la gestión pública y la implementación de políticas de desarrollo a los diferentes niveles, por ello la insistencia, en que cada vez más, requieren de la participación de todos aquellos posibles actores con intereses involucrados, con el fin de hacerlas más efectivas y con impactos positivos en los beneficiarios de las mismas; de ahí que la concertación como proceso, deviene en un método y herramienta útil e indispensable.
El proceso de formación de una política pública resulta problemático, y en el caso de las sociales siempre responde a demandas sociales, bien sea una necesidad o un problema de la colectividad, cuyas fases desde su inclusión en agenda hasta su evaluación se relaciona con actores plurales (estatales y sociales), los cuales influyen en la toma de decisiones, mediante la retroalimentación del proceso. De modo que para que un problema social (salud, inseguridad, analfabetismo, alimentación, vivienda, servicio de agua, violencia familiar, etc.), logre mutar hacia un problema político es necesario que los ciudadanos organizados o cierto profesional clave, logren desarrollar, algunas capacidades que les permita transformarse en actores de política. Estos actores sociales, con sus necesidades y aspiraciones al lado de los intereses y presiones por partes de los actores estatales, inician una confrontación hasta lograr negociar el problema e incorporarlo en la agenda de gobierno, una vez encontradas alternativas de solución, resultado también de una disputa entre actores interesados, estos nudos críticos del proceso de políticas explica por qué no siempre encontramos consistencia entre la situación problema y las opciones de solución. El caso es que no siempre las personas más cercanas al problema hacen valer sus criterios en las acciones que resultan respaldadas por parte del gobierno, como políticas públicas.

A pesar, de los logros por parte de la sociedad, en las últimas décadas, para que sus necesidades sean escuchadas e incorporadas en las agendas gubernamentales, las características conflictivas y subjetivas del proceso, resaltan la dificultad de hacer políticas. Precisamente, parte de esta complicación viene dada por la interacción establecida por los intereses del Estado y por las necesidades de la sociedad, así como por los marcos institucionales (normativas, reglamentaciones, otras leyes) que moldean la acción de ambos, no obstante debe reconocerse que la acción de la sociedad por si sola no es determinante para la solución de sus necesidades y problemas, de modo que precisa del apoyo del Estado para tal fin. Surge obligatoriamente esta interrogante, cómo asegurar que una vez que se ha logrado la decisión estatal, ésta se traduzca en transferencias reales y plausibles hacia la sociedad, que aseguren mejores niveles de calidad de vida, aquí también la sociedad, juega un papel insustituible exigiendo y participando en la evaluación de las políticas implementadas y solicitando la rendición de cuentas, sobre la gestión de las políticas sociales, por parte de los funcionarios públicos responsables de ésta.

En la actualidad, la necesidad de diseñar políticas exitosas para mejorar las condiciones de vida de la población, demandan la cooperación del Estado y la Sociedad, y de la responsabilidad y transparencia del desempeño público, para alcanzar beneficios en primera instancia sociales y consecuentemente económicos y culturales, vía para ganar la confianza y respeto de la sociedad.

En la Venezuela del Siglo XXI, a partir del 02 de Febrero de 1999 con la llegada del Presidente Hugo Chávez, nos proponemos construir el Socialismo Bolivariano a través de un proceso de cambio en nuestro país, cambio necesario que haría posible la transformación profunda de toda la estructura del Estado Venezolano, la cual pasa obviamente por hacer revolución dentro de las instituciones públicas; y aunque en un principio no se lograron diseñar las estrategias para cristalizar el proyecto, en el año 2006 fueron creadas las directrices que darían inicio a la construcción de esa nueva patria, para lo cual se requiere de un Instrumento Estratégico donde instituciones del Estado, organizaciones sociales, económicas y ciudadanía en general, encuentre orientaciones claras y precisas que permitan dar sentido y direccionalidad a la acción concreta que éstos desarrollan y que favorezca el aporte efectivo de los mismos al proceso de transformación político, social y económico planteado en el marco de nuestra Revolución Bolivariana.

Las premisas fundamentales y estratégicas para la construcción y puesta en práctica del Socialismo Bolivariano están contenidas en el Plan Nacional Simón Bolívar (PNSB), llamado por el Presidente Chávez, Primer Plan Socialista de la Nación, siendo ese el Instrumento Estratégico, el cual define las Líneas Generales para el Desarrollo Económico y Social del País durante el período 2007-2013.

Este Primer Plan Socialista, pretende continuar profundizando los logros alcanzados por los lineamientos del Plan de Desarrollo Económico y Social 2001-2007, conformado por siete directrices, cada una de las cuales tiene sus objetivos, estrategias y políticas, para transformar la sociedad venezolana desde la actual transición, de un “capitalismo salvaje” a un socialismo humanista bolivariano, planteándonos profundizar y avanzar en el Proyecto Ético Socialista Bolivariano.

El PNSB, en su primera directriz la Nueva Ética Socialista, pretende refundar ética y moralmente la República, para crear la conciencia revolucionaria del nuevo ciudadano, que será el encargado de transformar la sociedad material y espiritualmente, superando la ética capitalista, ética individualista, egoísta y del lucro a toda costa. Luego nos propone, inspirado en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, la Suprema Felicidad Social, como una visión a largo plazo que plantea atacar las raíces de la miseria y la pobreza a través de un estado social de justicia y derecho que le garantice a la ciudadanía el disfrute de los derechos sociales universales, tales como, salud, educación, vivienda saludable, trabajo digno, creador y la recreación, que son condiciones indispensables. Lograremos una Democracia Protagónica y Revolucionaria, en la medida en que el nuevo ciudadano ético, feliz y en plenitud de sus capacidades personales, tenga conciencia solidaria de sus derechos y responsabilidades, que a través de la participación activa y comprometida transforme la sociedad, ejerciendo el derecho y deber a la participación en la toma de decisiones y demás procesos vinculados con la formulación, ejecución, desarrollo, evaluación y control social de las políticas públicas. Políticas Públicas que permitan el desarrollo de un Modelo Productivo Socialista, que nos garantice unas nuevas relaciones sociales de producción, una soberanía alimentaría, un desarrollo endógeno sustentable, un crecimiento económico solidario, a través de una ciencia y tecnología al servicio del desarrollo nacional, que nos conduzca también a una soberanía científica y tecnológica, donde cada vez más se cuente con la participación de los ciudadanos, democratizando el conocimiento para democratizar el poder y superar los obstáculos que impiden el acceso al mismo. La Nueva Geopolítica Nacional, requiere que ese ciudadano ético, feliz y revolucionario desarrolle una conciencia social, ecológica y de protección de los ecosistemas ricos en biodiversidad, que recupere y proteja suelos y fuentes de agua para el consumo humano, que disminuya el impacto ambiental de las intervenciones humanas, logrando ciudades incluyentes, equilibradas territorial y poblacionalmente, además de tecnológica y comunicacionalmente desarrolladas, que demande y proteja los derechos de la ciudad: agua, aire, suelo y energía. Si preservamos y respetamos los Derechos de la Ciudad y en particular la Energía, lograremos una Venezuela Potencia Energética Mundial, que siembre el petróleo para la integración de América Latina y el Caribe, que desarrolle otras fuentes alternativas de energía, que contribuyan a preservar el ambiente y fortalezca la diversidad productiva y la inclusión social. La siembra petrolera para la integración de América Latina y el Caribe, es requisito para una Nueva Geopolítica Internacional, diversificando las relaciones políticas, económicas y culturales, estableciendo áreas geoestratégicas a través del diálogo fraterno entre los pueblos, respeto a las libertades, religiones y autodeterminación de dichos pueblos, que fortalezca nuestra soberanía, vigorizando y ampliando las alianzas para la conformación de un bloque geopolítico regional y contribuir a crear un mundo multipolar a través del fortalecimiento de las redes de intercambio de cooperación mutua internacional en lo económico, cultural, social, tecnológico y comunicacional.

Indudablemente que estas son premisas de un socialismo bolivariano, profundamente humano y humanista.

De allí parte la importancia del Primer Plan Socialista Simón Bolívar 2007-2013 y sus líneas estratégicas, pero hace falta más, no es suficiente con lo contenido allí, si no lo ponemos en práctica, hoy en día solo hace falta centrarse en una empresa del estado, la que sea y detenerse a pensar un poco en como funciona y se llegaremos a la conclusión que nada está funcionando como debería, en primer lugar porque no están alineadas con el Proyecto Socialista Bolivariano y segundo por que aún siguen plagadas de enemigos acérrimos del proceso que usan su camisa roja “ de turno” para enquistarse en el poder y destruir la revolución desde adentro, y eso es algo que los socialistas por convicción no debemos seguir permitiendo, ya que, para transformar el Estado, necesariamente se debe transformar al hombre y mujer venezolanos, es un problema de conciencia, de valores; por ese motivo es imperante el proceso de transformación de la Gestión Pública Venezolana y este debe comenzar por la estructura, es decir, las instituciones deben deslastrarse de ese modelo autárquico que históricamente han adoptado, pues para que se cristalice este proyecto necesariamente deben involucrarse con el entorno, los servidores públicos no deben seguir actuando al margen de la sociedad, imponiendo sus individualidades por encima de las necesidades del colectivo, es allí donde radica la importancia de la participación activa de pueblo en la gestión pública, se trata de empoderar al pueblo para que sea protagonista de sus propios cambios, y por ende corresponsable de todo lo inherente a ellos, del mismo modo, promover la participación del colectivo en la gestión pública, hacerlos dueños de sus proyectos, inculcarles sentido de pertenencia y hacerles entender que de ellos depende que esos cambios sean sostenibles en el tiempo, no es fácil, hemos sido formados en un sistema excluyente, en el cual las comunidades nunca han tenido cabida, es por esta razón que el reto de nosotros los nuevos Gerentes Sociales del siglo XXI es aún mayor, dado que debemos ser agentes de cambio para que ese ideal de gestión que luce perfecto en el papel pueda convertirse en una palpable y sólida realidad.

En la medida en que como servidores públicos y punta de lanza de esta nueva institucionalidad, que solo nosotros podemos transformarnos internamente para poder cambiar nuestro entorno, haremos posible el cambio, es decir, debemos hacer una revolución interna para que los efectos se reflejen en el exterior y así de esta manera transformaremos todo lo que nos rodea, y eso solo lo lograremos inoculándonos muchas dosis de valores éticos y morales, los cuales escasean en estos tiempos.

Los Gerentes Públicos debemos contribuir en la construcción de una Patria Grande Socialista, impulsando el estudio y aplicación de dicho Plan en contextos reales de construcción del poder popular, promoviendo el desarrollo de propuestas de gran impacto que contribuyan con la materialización del Primer Plan Socialista de la Nación.